Nuestros anclajes mentales son una materia apasionante y de obligada observación si queremos conocernos de verdad.

No tengo ni idea de donde viene, no sé a qué responde, pero lo que sí sé es que cuando llevo puestos un buen par de zapatos, de esos que pesan, de esos que dicen aquí estamos tanto en su lustre como en su percepción sonora al interaccionar con el suelo, es cuando mayor seguridad tengo en mi mismo, es cuando la planificación, la visión y el camino a seguir más se clarifica en mi mente.

Se disipan las dudas, los retazos del horizonte intuido fluyen hasta converger en un convencimiento nítido del destino adquirido.

Y en este estado de fluir al unísono conmigo mismo es cuando mejor ejerzo mi responsabilidad como jefe, que en realidad es muy simple. Tan solo consiste en escuchar, comprender, dar visibilidad a las virtudes y fortalezas de cada uno, clarificar nuestra razón de ser y tener el convencimiento de que juntos somos mucho más que la suma de nuestras individualidades.

En definitiva, sustituir el yo por un nosotros.

No tengáis ninguna duda, nunca escatimaré recursos en tener un buen par de zapatos…

Javier

Nuestros anclajes mentales son una materia apasionante y de obligada observación si queremos conocernos de verdad.

No tengo ni idea de donde viene, no sé a qué responde, pero lo que sí sé es que cuando llevo puestos un buen par de zapatos, de esos que pesan, de esos que dicen aquí estamos tanto en su lustre como en su percepción sonora al interaccionar con el suelo, es cuando mayor seguridad tengo en mi mismo, es cuando la planificación, la visión y el camino a seguir más se clarifica en mi mente.

Se disipan las dudas, los retazos del horizonte intuido fluyen hasta converger en un convencimiento nítido del destino adquirido.

Y en este estado de fluir al unísono conmigo mismo es cuando mejor ejerzo mi responsabilidad como jefe, que en realidad es muy simple. Tan solo consiste en escuchar, comprender, dar visibilidad a las virtudes y fortalezas de cada uno, clarificar nuestra razón de ser y tener el convencimiento de que juntos somos mucho más que la suma de nuestras individualidades.

En definitiva, sustituir el yo por un nosotros.

No tengáis ninguna duda, nunca escatimaré recursos en tener un buen par de zapatos…

Javier