Aún resuenan los etéreos ecos de la refriega tuitera de la semana pasada con motivo del #FIR2016 y del #SiVaSerFIR16, y cuando aún está pendiente de refrendar y consolidar en el mundo real el éxito del mundo virtual, el suave dulzor de la victoria se ve empañado por retazos agridulces emanados de oportunismos efímeros.
Fueron días duros, pero tuvieron su recompensa. Experimenté la emoción creciente al ver sumarse estudiantes en masa, a compañeros de la farmacia hospitalaria, a las facultades, a los colegios profesionales y su consejo general, a compañeros de la farmacia comunitaria y algunos de farmacia de atención primaria. Hasta ciudadanos, potenciales pacientes, se sumaron al movimiento. Como los medios digitales mas tarde han certificado, fue el movimiento conjunto más potente que se ha conocido en el mundo de la farmacia. La estrategia de unos, los contactos de otros, el arrojo y pasión de la mayoría, junto con el trabajo de todos lo hicieron posible. Y se ganó.
Y la Farmacia Hospitalaria ganó con él. Pero que nadie se confunda, no se ganó porque la farmacia hospitalaria tenga alguna suerte de superpoderes ocultos que en ese momento tuvo a bien sacar. Se ganó porque se creó una unión amplia y potente, y con un único y claro objetivo aunque las motivaciones fueran muy diversas, y con un único interlocutor ante quien dirigir el movimiento, y con una capacidad de presión social y mediática muy muy muy muy superior a la que la propia farmacia hospitalaria podría ejercer sola, por mucho que fuera una parte vital del movimiento. Como tuiteé en aquel momento, “Si el objetivo está claro, los caminos se abren…”.
Pero también se hicieron notar grandes ausencias, la mayoría a título individual, particularmente dolorosas algunas de compañeros de profesión, aunque una también, y muy clamorosa, a título corporativo. “Atronadores silencios anclados a tuits ausentes”, como también tuiteé. Reconozco que hace una semana desconocía que en Twitter se notaran tanto las ausencias.
Apoyé sin reservas este movimiento y volvería a hacerlo por muchos porqués, hasta sesenta conseguí llegar a tuitear en una hora el día de la quedada, podéis verlos en mi TL de Twitter. Pero hubo uno más, uno que la prudencia invitaba a obviar aunque el corazón pidiera a gritos hacerlo. Uno que tan solo esbocé con tibios indicios de adonde se debería mirar. Y es que aún nadie ha explicado, ya sea por desconocimiento o por prudencia, el porqué real de esta medida y el quién estaba detrás.
El paro en Farmacia Hospitalaria no fue mas que una excusa, como rápidamente se demostró. A la mínima presión el problema pasó a ser la probabilidad de no disponer de un programa para la nueva especialidad antes de fin de año. Obviamente si el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad cree que no va a haber programa de la nueva especialidad en Diciembre de 2015, es decir, 7 meses después de tomar unilateralmente la medida (aunque apoyada por representantes de muchas Comunidades Autónomas), y al Presidente de la Comisión Nacional de la Especialidad nadie le había consultado nada, solo quedan dos opciones, o alguien está muy segur@ de que no se alcanzará un consenso en la Comisión Nacional de la Especialidad y a trasmitido ese mensaje, y ese alguien debería explicar el porqué, o bien alguien está muy segur@ de poder parar dicho consenso en alguna otra Comisión, e igualmente debería explicar porqué. Además, hay un programa vigente que en caso de no lograr uno nuevo podría servir, lo que terminaba por desmontar la segunda excusa.
En mi opinión se trató de un ataque directo y frontal a la Farmacia Hospitalaria, escenificado sobre su futuro, los farmacéuticos internos residentes. Por eso me siento orgulloso de como reaccionó la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria en la defensa de la profesión, por mucho que obviamente esta defensa de la profesión sea una de las principales, sino la principal, razón de ser de la misma. Por eso me siento orgullos de haber podido colaborar con mi Sociedad, la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria, en defensa de mi profesión.
Y por eso me molestan algunos oportunismos nacidos bajo la estela de este movimiento, promovidos con mas o menos tibieza por algunas de las notables ausencias individuales arriba mencionadas, haciendo, en ocasiones, un uso demagógico de la precariedad laboral de algunos compañeros de profesión.
Es obligación y deber, pero también es convicción desde que yo la conozco, de la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria trabajar por el desarrollo de la profesión y la mejora profesional, dentro de sus posibilidades, de sus socios. El papel de la Sociedad es vital para conseguir desarrollos legislativos que garanticen en un futuro más o menos cercano la aparición de nuevas salidas profesionales. Tiene un papel vital en la promoción y difusión de las virtudes para el Sistema Nacional de Salud, en toda su amplitud, de un profesional altamente cualificado y eficiente para el mismo como es el actual Especialista en Farmacia Hospitalaria y el futuro Especialista en Farmacia Hospitalaria y Atención Primaria. Y por supuesto debe promover el trabajo colaborativo en busca de nuevas salidas profesionales y pelear por ellas.
Pero que nadie crea que esta es una labor exclusiva de la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria. La búsqueda de salidas profesionales afecta a la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria, sí, pero también a los Servicios de Farmacia Hospitalaria y a sus Jefes, y a los propios interesados. Y que nadie crea que la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria tiene una suerte de superpoderes por los que se puede ir al Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, pedir más plazas, acabar con las becas, y “et voilà!!”, conseguido. Así no funciona el mundo.
Apoyaré y trabajaré en cualquier medida que la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria ponga en marcha para ayudar a compañeros en paro o en condiciones laborales precarias, como no puede ser de otra manera. Pero no creo que el momento elegido para instaurar este nuevo movimiento del #YoSoyFH haya sido el adecuado, y menos pensando que una movilización similar a la anterior se iba y lo iba a conseguir.
Cada batalla tiene su momento y su escenario, y el #FIR2016 y el #SiVaSerFIR16 son batallas completamente diferentes al #YoSoyFH.
Aún así, y pensando que se equivocan en el momento, apoyo a mis compañeros del #YoSoyFH, ¿como no apoyarlos?. Pero a quien NO APOYO, respeto porque respeto a todo el mundo, pero NO APOYO en absoluto es a aquellos compañeros que de repente aparecen de forma oportuna reclamando una dignidad para la Farmacia de Hospital que ellos dicen que no existe, o que al amparo de la ocasión solo buscan algún tipo de rédito personal, sin importarles lo más mínimo si le hacen un flaco favor a su Sociedad.
Al final, y como también tuiteé un día, no se trata de lo que la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria puede hacer por mí, sino de lo que yo puedo hacer por la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria.
Javier
Aún resuenan los etéreos ecos de la refriega tuitera de la semana pasada con motivo del #FIR2016 y del #SiVaSerFIR16, y cuando aún está pendiente de refrendar y consolidar en el mundo real el éxito del mundo virtual, el suave dulzor de la victoria se ve empañado por retazos agridulces emanados de oportunismos efímeros.
Fueron días duros, pero tuvieron su recompensa. Experimenté la emoción creciente al ver sumarse estudiantes en masa, a compañeros de la farmacia hospitalaria, a las facultades, a los colegios profesionales y su consejo general, a compañeros de la farmacia comunitaria y algunos de farmacia de atención primaria. Hasta ciudadanos, potenciales pacientes, se sumaron al movimiento. Como los medios digitales mas tarde han certificado, fue el movimiento conjunto más potente que se ha conocido en el mundo de la farmacia. La estrategia de unos, los contactos de otros, el arrojo y pasión de la mayoría, junto con el trabajo de todos lo hicieron posible. Y se ganó.
Y la Farmacia Hospitalaria ganó con él. Pero que nadie se confunda, no se ganó porque la farmacia hospitalaria tenga alguna suerte de superpoderes ocultos que en ese momento tuvo a bien sacar. Se ganó porque se creó una unión amplia y potente, y con un único y claro objetivo aunque las motivaciones fueran muy diversas, y con un único interlocutor ante quien dirigir el movimiento, y con una capacidad de presión social y mediática muy muy muy muy superior a la que la propia farmacia hospitalaria podría ejercer sola, por mucho que fuera una parte vital del movimiento. Como tuiteé en aquel momento, “Si el objetivo está claro, los caminos se abren…”.
Pero también se hicieron notar grandes ausencias, la mayoría a título individual, particularmente dolorosas algunas de compañeros de profesión, aunque una también, y muy clamorosa, a título corporativo. “Atronadores silencios anclados a tuits ausentes”, como también tuiteé. Reconozco que hace una semana desconocía que en Twitter se notaran tanto las ausencias.
Apoyé sin reservas este movimiento y volvería a hacerlo por muchos porqués, hasta sesenta conseguí llegar a tuitear en una hora el día de la quedada, podéis verlos en mi TL de Twitter. Pero hubo uno más, uno que la prudencia invitaba a obviar aunque el corazón pidiera a gritos hacerlo. Uno que tan solo esbocé con tibios indicios de adonde se debería mirar. Y es que aún nadie ha explicado, ya sea por desconocimiento o por prudencia, el porqué real de esta medida y el quién estaba detrás.
El paro en Farmacia Hospitalaria no fue mas que una excusa, como rápidamente se demostró. A la mínima presión el problema pasó a ser la probabilidad de no disponer de un programa para la nueva especialidad antes de fin de año. Obviamente si el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad cree que no va a haber programa de la nueva especialidad en Diciembre de 2015, es decir, 7 meses después de tomar unilateralmente la medida (aunque apoyada por representantes de muchas Comunidades Autónomas), y al Presidente de la Comisión Nacional de la Especialidad nadie le había consultado nada, solo quedan dos opciones, o alguien está muy segur@ de que no se alcanzará un consenso en la Comisión Nacional de la Especialidad y a trasmitido ese mensaje, y ese alguien debería explicar el porqué, o bien alguien está muy segur@ de poder parar dicho consenso en alguna otra Comisión, e igualmente debería explicar porqué. Además, hay un programa vigente que en caso de no lograr uno nuevo podría servir, lo que terminaba por desmontar la segunda excusa.
En mi opinión se trató de un ataque directo y frontal a la Farmacia Hospitalaria, escenificado sobre su futuro, los farmacéuticos internos residentes. Por eso me siento orgulloso de como reaccionó la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria en la defensa de la profesión, por mucho que obviamente esta defensa de la profesión sea una de las principales, sino la principal, razón de ser de la misma. Por eso me siento orgullos de haber podido colaborar con mi Sociedad, la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria, en defensa de mi profesión.
Y por eso me molestan algunos oportunismos nacidos bajo la estela de este movimiento, promovidos con mas o menos tibieza por algunas de las notables ausencias individuales arriba mencionadas, haciendo, en ocasiones, un uso demagógico de la precariedad laboral de algunos compañeros de profesión.
Es obligación y deber, pero también es convicción desde que yo la conozco, de la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria trabajar por el desarrollo de la profesión y la mejora profesional, dentro de sus posibilidades, de sus socios. El papel de la Sociedad es vital para conseguir desarrollos legislativos que garanticen en un futuro más o menos cercano la aparición de nuevas salidas profesionales. Tiene un papel vital en la promoción y difusión de las virtudes para el Sistema Nacional de Salud, en toda su amplitud, de un profesional altamente cualificado y eficiente para el mismo como es el actual Especialista en Farmacia Hospitalaria y el futuro Especialista en Farmacia Hospitalaria y Atención Primaria. Y por supuesto debe promover el trabajo colaborativo en busca de nuevas salidas profesionales y pelear por ellas.
Pero que nadie crea que esta es una labor exclusiva de la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria. La búsqueda de salidas profesionales afecta a la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria, sí, pero también a los Servicios de Farmacia Hospitalaria y a sus Jefes, y a los propios interesados. Y que nadie crea que la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria tiene una suerte de superpoderes por los que se puede ir al Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, pedir más plazas, acabar con las becas, y “et voilà!!”, conseguido. Así no funciona el mundo.
Apoyaré y trabajaré en cualquier medida que la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria ponga en marcha para ayudar a compañeros en paro o en condiciones laborales precarias, como no puede ser de otra manera. Pero no creo que el momento elegido para instaurar este nuevo movimiento del #YoSoyFH haya sido el adecuado, y menos pensando que una movilización similar a la anterior se iba y lo iba a conseguir.
Cada batalla tiene su momento y su escenario, y el #FIR2016 y el #SiVaSerFIR16 son batallas completamente diferentes al #YoSoyFH.
Aún así, y pensando que se equivocan en el momento, apoyo a mis compañeros del #YoSoyFH, ¿como no apoyarlos?. Pero a quien NO APOYO, respeto porque respeto a todo el mundo, pero NO APOYO en absoluto es a aquellos compañeros que de repente aparecen de forma oportuna reclamando una dignidad para la Farmacia de Hospital que ellos dicen que no existe, o que al amparo de la ocasión solo buscan algún tipo de rédito personal, sin importarles lo más mínimo si le hacen un flaco favor a su Sociedad.
Al final, y como también tuiteé un día, no se trata de lo que la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria puede hacer por mí, sino de lo que yo puedo hacer por la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria.
Javier