Decenas de correos electrónicos diarios aparecen rítmica y continuadamente en mi bandeja de entrada, esa que me gusta tener pulcra y cristalina… innumerables llamadas, insistentes pitidos del WhatsApp… todo es urgente, todo es importante… o al menos eso piensan quienes lo mandan. Se solapan los temas, los roles, los intereses y las singularidades, las organizaciones y las jerarquías, la emoción y la desazón, la alegría y la frustración, el orgullo y la sinrazón … una enorme montaña rusa emocional que tan solo las escasas horas de sueño profundo consiguen acallar…

Y aunque este escenario me hace pensar que dada mi corta paciencia no lo voy a saber sobrellevar, me sorprendo a menudo a mi mismo sonriendo de oreja a oreja, disfrutando como un niño, y es que presidir la organización del 60 Congreso Nacional de la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH) está resultando apasionante, profunda y vehementemente apasionante.

Desde el momento cero, ese que por un extraño e inesperado giro del destino nos hizo encontrarnos, ese en el que el Presidente de la SEFH me miró y yo asentí con la mirada, supe que sería un viaje apasionante. Lo intuía, lo sabía y lo sentía. Estábamos hechos el uno para el otro.

Celebramos el Congreso en Valencia, mi ciudad, mi casa, mi vida. Creo firmemente que nuestro Congreso solo debe vender dos temas, la farmacia hospitalaria y la sociedad científica que la representa, la SEFH. Por eso prácticamente no hemos vendido Valencia como ciudad, aunque en realidad tampoco lo necesita, sus bondades y maravillas son ampliamente conocidas. Y dentro de ella, su Palacio de Congresos, preciosa aunque poco visible obra del arquitecto Norman Foster, será nuestro centro neurálgico. Siempre he pensado lo mismo, tanto el Palacio de Congresos como la Ciudad de las Ciencias están construidas en zonas bajas, si se hubieran hecho en promontorios lucirían mucho mas de lo que ya de por sí lo hacen.

Tenía que ser un Congreso diferente. Había que soñar a lo grande, sentir a lo grande y creer a lo grande. Había que hacer de la emoción, del reconocimiento y del orgullo profesional el hilo conductor en la ejecución de todo el Congreso. Había que hacer de la sinergia la clave del éxito. Había que hacer un Congreso con alma.

Pero el alma de un Congreso solo se consigue impregnándola con el alma de otros. Había que buscar a las mejores almas para organizar este Congreso. Nunca sabremos si el Congreso las encontró a ellas, o ellas lo encontraron a él. Tan solo sabemos que se encontraron.

El alma es el corazón del Congreso pero necesita de un cerebro, necesita de método, necesita de un Plan Estratégico que marque el destino, que marque el camino a seguir. Y de él surgieron cuatro objetivos para #sefh15, y sus consecuentes líneas estratégicas: la sostenibilidad económica de la SEFH para garantizar sus actividades de formación e investigación; la visibilidad mediática y social del Congreso, y por ende de la SEFH y de sus profesionales, los farmacéuticos de hospital; un programa científico de máximo nivel como razón de ser básica propia de un congreso científico; y conseguir una experiencia global de congresista que justificara sin ningún género de dudas el tiempo y dinero invertidos. Objetivos fáciles de escribir, complejos de comunicar y difíciles de conseguir, pero ya se sabe que nunca un buen marinero se curtió en aguas tranquilas. Y solo el trabajo incansable de las almas brillantes e impregnadoras que conforman los Comités Ejecutivo y Científico les han ido dando forma hasta materializarlos en lo que esta noche comienza, el 60 Congreso SEFH.

Su programa científico es amplio, muy amplio, variado y de máximo nivel, en el que participan más de 130 ponentes diferentes, de gran prestigio e importante bagaje profesional, en un total de 72 actos científicos diferentes que se desarrollarán en diferentes formatos.

A la par que la actividad frenética en el Palacio de Congresos va otorgando forma física a la estructura planeada, hoy martes 10 de Noviembre tienen lugar los 6 cursos pre-congreso programados. Y entre la tarde y la noche, entre el bullicio y la quietud, el Mercado Central de Valencia nos acogerá en el acto de bienvenida a la ciudad, lugar donde muchos de nosotros nos reencontraremos, y donde la historia del porqué de la doble L en el escudo de la ciudad de Valencia me guiará a través del discurso de bienvenida.

Tras la calma nocturna, voluntaria en mi caso, con los albores del miércoles 11 del 11 rugirán los motores, se desplegarán las velas, y comenzaremos la travesía. Empezaremos temprano, muy temprano, a las seis de la mañana, de la mano de las ondas etéreas de uno de los profesionales de la radio mas conocidos y reconocidos de España, Carlos Herrera.

Se sucederán los desayunos con expertos, los foros y las mesas, en este día en el que el Compromiso con el Sistema Nacional de Salud y otros profesionales sanitarios será el eje argumental central. Inauguraremos oficialmente el Congreso, no sin antes haber disfrutado a nuestro ponente de inauguración, el Dr. Juan Carlos Izpisúa, bioquímico y farmacéutico especializado en el campo de la biología del desarrollo que nos motivará sobre la gran aventura de la investigación a través de sus trabajos sobre medicina regenerativa.

El jueves 12 los actos y las mesas girarán sobre el Compromiso con los farmacéuticos de hospital, y tendrá lugar el acto más importante del congreso, la Asamblea General de la SEFH. Y tras él, todo cambiará, aunque todo seguirá igual. Caras nuevas, mismo equipo, misma fuerza e ilusión, mismo compromiso.

Por la tarde, tras terminar los talleres de la Matriz de Actos Científicos, Talleres Competenciales y Tecnológicos, verdadero ejemplo de sinergia pura, de inteligencia colaborativa, y de cómo el contenido científico de un Congreso es un elemento básico para potenciar cualquier otro objetivo, nos iremos a correr. Valencia, “ciudad running”, acogerá la primera carrera de la SEFH, su primer 5K, la carrera “A toda pastilla…” donde más de 400 amigos disfrutaremos juntos en el cauce del Turia.

Y el inexorable paso de las horas nos traerá el viernes 13, donde el eje conductor de mesas y foros será el Compromiso con los pacientes y con la sociedad. La conferencia de clausura traerá como regalo a Andy Stalman como protagonista, y la marca personal como tema de desarrollo. Y a partir de aquí el inicio del fin, el acto de clausura con la entrega de premios, donde sin duda destacará un importante acto de responsabilidad social corporativa con la Fundación Juegaterapia a la que queremos apoyar para que en nuestros hospitales, nuestros pequeños pacientes oncológicos tengan un jardín donde jugar, un jardín donde sonreír y tener esperanza. Y el punto final oficial… pero os aseguro que no será como cualquier otro punto final, será el único punto final posible para este Congreso.

Un par de actos post-congreso y la cena de clausura, la celebración final, en La Cartuja del Ara Christi.

Hay muchas sorpresas y detalles omitidos, muchos picos emocionales deliberadamente escondidos. Si buscamos emocionar no puede ser de otra manera…

No sé que haré el lunes 16, aunque estoy seguro que me faltará el aire mientras los recuerdos del Congreso comiencen a archivarse en la memoria a largo plazo. Sé que lo echaré de menos, mucho. Pero también sé que mi alma nunca será ya la misma, porque habrá sido impregnada por el alma del 60 Congreso SEFH… Para siempre.

Decenas de correos electrónicos diarios aparecen rítmica y continuadamente en mi bandeja de entrada, esa que me gusta tener pulcra y cristalina… innumerables llamadas, insistentes pitidos del WhatsApp… todo es urgente, todo es importante… o al menos eso piensan quienes lo mandan. Se solapan los temas, los roles, los intereses y las singularidades, las organizaciones y las jerarquías, la emoción y la desazón, la alegría y la frustración, el orgullo y la sinrazón … una enorme montaña rusa emocional que tan solo las escasas horas de sueño profundo consiguen acallar…

Y aunque este escenario me hace pensar que dada mi corta paciencia no lo voy a saber sobrellevar, me sorprendo a menudo a mi mismo sonriendo de oreja a oreja, disfrutando como un niño, y es que presidir la organización del 60 Congreso Nacional de la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH) está resultando apasionante, profunda y vehementemente apasionante.

Desde el momento cero, ese que por un extraño e inesperado giro del destino nos hizo encontrarnos, ese en el que el Presidente de la SEFH me miró y yo asentí con la mirada, supe que sería un viaje apasionante. Lo intuía, lo sabía y lo sentía. Estábamos hechos el uno para el otro.

Celebramos el Congreso en Valencia, mi ciudad, mi casa, mi vida. Creo firmemente que nuestro Congreso solo debe vender dos temas, la farmacia hospitalaria y la sociedad científica que la representa, la SEFH. Por eso prácticamente no hemos vendido Valencia como ciudad, aunque en realidad tampoco lo necesita, sus bondades y maravillas son ampliamente conocidas. Y dentro de ella, su Palacio de Congresos, preciosa aunque poco visible obra del arquitecto Norman Foster, será nuestro centro neurálgico. Siempre he pensado lo mismo, tanto el Palacio de Congresos como la Ciudad de las Ciencias están construidas en zonas bajas, si se hubieran hecho en promontorios lucirían mucho mas de lo que ya de por sí lo hacen.

Tenía que ser un Congreso diferente. Había que soñar a lo grande, sentir a lo grande y creer a lo grande. Había que hacer de la emoción, del reconocimiento y del orgullo profesional el hilo conductor en la ejecución de todo el Congreso. Había que hacer de la sinergia la clave del éxito. Había que hacer un Congreso con alma.

Pero el alma de un Congreso solo se consigue impregnándola con el alma de otros. Había que buscar a las mejores almas para organizar este Congreso. Nunca sabremos si el Congreso las encontró a ellas, o ellas lo encontraron a él. Tan solo sabemos que se encontraron.

El alma es el corazón del Congreso pero necesita de un cerebro, necesita de método, necesita de un Plan Estratégico que marque el destino, que marque el camino a seguir. Y de él surgieron cuatro objetivos para #sefh15, y sus consecuentes líneas estratégicas: la sostenibilidad económica de la SEFH para garantizar sus actividades de formación e investigación; la visibilidad mediática y social del Congreso, y por ende de la SEFH y de sus profesionales, los farmacéuticos de hospital; un programa científico de máximo nivel como razón de ser básica propia de un congreso científico; y conseguir una experiencia global de congresista que justificara sin ningún género de dudas el tiempo y dinero invertidos. Objetivos fáciles de escribir, complejos de comunicar y difíciles de conseguir, pero ya se sabe que nunca un buen marinero se curtió en aguas tranquilas. Y solo el trabajo incansable de las almas brillantes e impregnadoras que conforman los Comités Ejecutivo y Científico les han ido dando forma hasta materializarlos en lo que esta noche comienza, el 60 Congreso SEFH.

Su programa científico es amplio, muy amplio, variado y de máximo nivel, en el que participan más de 130 ponentes diferentes, de gran prestigio e importante bagaje profesional, en un total de 72 actos científicos diferentes que se desarrollarán en diferentes formatos.

A la par que la actividad frenética en el Palacio de Congresos va otorgando forma física a la estructura planeada, hoy martes 10 de Noviembre tienen lugar los 6 cursos pre-congreso programados. Y entre la tarde y la noche, entre el bullicio y la quietud, el Mercado Central de Valencia nos acogerá en el acto de bienvenida a la ciudad, lugar donde muchos de nosotros nos reencontraremos, y donde la historia del porqué de la doble L en el escudo de la ciudad de Valencia me guiará a través del discurso de bienvenida.

Tras la calma nocturna, voluntaria en mi caso, con los albores del miércoles 11 del 11 rugirán los motores, se desplegarán las velas, y comenzaremos la travesía. Empezaremos temprano, muy temprano, a las seis de la mañana, de la mano de las ondas etéreas de uno de los profesionales de la radio mas conocidos y reconocidos de España, Carlos Herrera.

Se sucederán los desayunos con expertos, los foros y las mesas, en este día en el que el Compromiso con el Sistema Nacional de Salud y otros profesionales sanitarios será el eje argumental central. Inauguraremos oficialmente el Congreso, no sin antes haber disfrutado a nuestro ponente de inauguración, el Dr. Juan Carlos Izpisúa, bioquímico y farmacéutico especializado en el campo de la biología del desarrollo que nos motivará sobre la gran aventura de la investigación a través de sus trabajos sobre medicina regenerativa.

El jueves 12 los actos y las mesas girarán sobre el Compromiso con los farmacéuticos de hospital, y tendrá lugar el acto más importante del congreso, la Asamblea General de la SEFH. Y tras él, todo cambiará, aunque todo seguirá igual. Caras nuevas, mismo equipo, misma fuerza e ilusión, mismo compromiso.

Por la tarde, tras terminar los talleres de la Matriz de Actos Científicos, Talleres Competenciales y Tecnológicos, verdadero ejemplo de sinergia pura, de inteligencia colaborativa, y de cómo el contenido científico de un Congreso es un elemento básico para potenciar cualquier otro objetivo, nos iremos a correr. Valencia, “ciudad running”, acogerá la primera carrera de la SEFH, su primer 5K, la carrera “A toda pastilla…” donde más de 400 amigos disfrutaremos juntos en el cauce del Turia.

Y el inexorable paso de las horas nos traerá el viernes 13, donde el eje conductor de mesas y foros será el Compromiso con los pacientes y con la sociedad. La conferencia de clausura traerá como regalo a Andy Stalman como protagonista, y la marca personal como tema de desarrollo. Y a partir de aquí el inicio del fin, el acto de clausura con la entrega de premios, donde sin duda destacará un importante acto de responsabilidad social corporativa con la Fundación Juegaterapia a la que queremos apoyar para que en nuestros hospitales, nuestros pequeños pacientes oncológicos tengan un jardín donde jugar, un jardín donde sonreír y tener esperanza. Y el punto final oficial… pero os aseguro que no será como cualquier otro punto final, será el único punto final posible para este Congreso.

Un par de actos post-congreso y la cena de clausura, la celebración final, en La Cartuja del Ara Christi.

Hay muchas sorpresas y detalles omitidos, muchos picos emocionales deliberadamente escondidos. Si buscamos emocionar no puede ser de otra manera…

No sé que haré el lunes 16, aunque estoy seguro que me faltará el aire mientras los recuerdos del Congreso comiencen a archivarse en la memoria a largo plazo. Sé que lo echaré de menos, mucho. Pero también sé que mi alma nunca será ya la misma, porque habrá sido impregnada por el alma del 60 Congreso SEFH… Para siempre.