Hoy quiero aprovechar el trabajo realizado y recopilado para documentar un artículo publicado en El Mundo, para hacer una entrada que ayude a concienciar sobre el riesgo que entrañan las reacciones de fotosensibilidad relacionadas con el uso de medicamentos, y cómo actuar para evitarlas. Y dado que es el trabajo recopilado para una entrevista, no se me ocurre mejor formato que el de pregunta / respuesta.

¿Qué medicamentos provocan fotosensibilidad?

Aquellos cuya administración puede provocar que la piel del paciente reaccione de forma anormal a la exposición solar. Existen más de 300 principios activos que pueden desencadenar este tipo de efectos adversos, y algunos se encuentran presentes en medicamentos de uso tan frecuente como anticonceptivos, antibióticos, antiinflamatorios, antihistamínicos, antidepresivos, antihipertensivos, antidiabéticos, etc.

De todos ellos, las reacciones de fotosensibilidad son más frecuentes en los siguientes fármacos:

  • Antibióticos / antimicrobianos: tetraciclinas, fluoroquinolonas, ácido nalidíxico sulfonamidas, trimetroprim Antifúngicos: griseofluvina, ketoconazol
  • Agentes cardiovasculares: amiodarona, captopril, diuréticos (furosemida, hidroclorotiazida)
  • AINEs: ibuprofeno, diclofenaco, naproxeno, ketoprofeno, nabumetona, piroxicam, celecoxib
  • Fármacos para el sistema nervioso: antipsicóticos (clorpromazina, perfenazina), antidepresivos tricíclicos (amitriptilina, imipramina), benzodiacepinas (alprazolam, clordiazepóxido)
  • Hipoglucemiantes orales: clorpropamida, gliburida, tolbutamida
  • Otros fármacos: retinoides (isotretionina, etretinato), ciertos quimioterápicos (dacarbazina, 5-Fuorouracilo, vinblastina, metrotexato), vitamina B6, ranitidina

Esto no significa que por tomar estos fármacos se vaya a tener necesariamente una reacción de fotosensibilidad, pero sí que son frecuentes en ellos, por lo que se deben de tomar las debidas medidas de precaución.

Por otro, pueden darse reacciones de fotosensibilidad con muchos otros principios activos, lo que ocurre es que su frecuencia es menor.

¿Es una reacción reversible?

Existen dos tipos de reacciones de fotosensibilidad. La gran mayoría (casi el 95%) son reacciones de fototoxicidad, y sólo una pequeña parte (5%) son reacciones de fotoalergia. La diferencia entre ellas estriba en si media o no el sistema inmunitario en la reacción.

En el caso de las reacciones fototóxicas, se produce un daño celular directo causado por el medicamento activado con la radiación, de naturaleza no inmunológica.
Las reacciones fotoalérgicas en cambio, están mediadas por el sistema inmunitario y requieren de una exposición previa. El fotoalérgeno se transforma por efecto de la radiación y se une a las proteínas de la piel, para convertirse en un fotoantígeno y desencadenar así la reacción inmunitaria.

En las reacciones de fototoxicidad, las lesiones suelen ser similares a las quemaduras solares, aparecen en las zonas expuestas a la radiación, después de unos minutos u horas tras la exposición, y suelen desaparecer entre 2 y 7 días tras la suspensión del fármaco causante, aunque a veces puede producirse una marcada pigmentación de la piel que puede durar meses. En lesiones más graves el tiempo de recuperación es más variable.

En las reacciones fotoalérgicas el daño no depende de la dosis ni del tiempo de exposición a la radiación, ni tampoco de la vía de administración, y además, pueden aparecer reacciones cruzadas entre fármacos similares. Las lesiones suelen manifestarse como reacciones inflamatorias de tipo eccematoso, o bien con erupción y prurito, asemejándose a una dermatitis atópica. Esta reacción fotoalérgica se presenta en personas genéticamente predispuestas. El tiempo de recuperación es variable.

¿Cómo debe protegerse el paciente?

La prevención primaria es la mejor medida de protección para un paciente en tratamiento con medicamentos fotosensibilizantes. Aunque ya he comentado que no todos sufren lesiones tras una exposición solar, es mejor tomar precauciones. Las medidas generales de protección son:

  • Utilizar filtros solares del máximo factor protector posible (recomendado FPS 50), o específicamente indicado para prevenir las reacciones de fotosensibilidad, cada dos horas, sobre todo en las zonas más sensibles o expuestas como el rostro, los hombros, o el escote
  • Utilizar prendas de vestir preferentemente oscuras que eviten que los rayos solares entren en contacto directo con la piel, incluidos gorros, sombreros, y gafas de sol
  • Evitar la exposición solar prolongada, principalmente en las horas centrales del día (de 11 de la mañana a 5 de la tarde), así como las fuentes artificiales de rayos ultravioleta (cabinas de bronceado artificial).
  • Si el medicamento se toma una vez al día, es mejor hacerlo por la noche, para que la concentración del principio activo fotosensibilizante sea menor en el momento de la exposición a la luz solar

Si a pesar de todo lo anterior, el paciente observa una lesión en la piel, debe consultar lo antes posible con su médico para que confirme o descarte si se trata de una reacción asociada al medicamento y le indique cómo tratarla.

¿Hay determinados medicamentos que, salvo que sea imprescindible, no deberían tomarse en verano ya que hay una mayor exposición al sol?

En algunos casos, es factible sustituir los medicamentos fotosensibilizantes durante el verano por otros que no presenten riesgo de reacción, siempre bajo la prescripción de su médico. Pero en muchos otros no es factible, por lo que el paciente tendrá que proseguir con el tratamiento prescrito, observando las normas de protección comentadas anteriormente. Lo que no debe es suspender los tratamientos sin consultar con su médico, porque las consecuencias de la suspensión de la medicación podrían ser peores que la posibilidad de desarrollar lesiones tras exposición solar.

¿Suele o debe avisar el médico prescriptor y el farmacéutico sobre este riesgo?

Al prescribir un medicamento fotosensibilizante, el médico advierte al paciente de los riesgos que puede conllevar el contacto con la radiación solar. No obstante, en la práctica, ya sea por la presión asistencial que obliga a agilizar los tiempos de consulta, o porque se da por hecho que el paciente no va a tomar el sol, es posible que en ocasiones no se produzca esa advertencia.

El farmacéutico, como profesional sanitario especializado en el medicamento, debe garantizar el uso seguro, efectivo y eficiente de los medicamentos, así como mejorar la calidad de vida de los pacientes en relación con su farmacoterapia, por lo que sí, debe de avisar en el momento de la dispensación de la posibilidad de estas reacciones y de las medidas de prevención recomendadas.

No obstante lo anterior, es importante que el paciente tome conciencia de este peligro, y asuma un rol más activo, preguntando siempre a su médico o a su farmacéutico, si el medicamento que está tomando puede producirle una reacción de fotosensibilidad, y que les informe de su estilo de vida y si lleva intención de exponerse al sol.

También puede el paciente identificar cuáles son estos medicamentos ya que llevan un símbolo en el cartonaje en forma de triángulo rojo, con un sol parcialmente tapado por una nube en su interior, y una leyenda debajo del triángulo que pone “Fotosensibilidad: ver prospecto”.

¿Es un tema que los pacientes desconocen especialmente?

Probablemente no existe en la sociedad la necesaria concienciación al respecto.

La exposición a la luz en personas que hayan tomado o tengan en la piel algún producto fotosensibilizante puede suponer la aparición de una reacción cutánea en ocasiones grave, o el desarrollo de una hipersensibilidad persistente a la luz, por lo que la posibilidad de producir fotosensibilidad de cada medicamento es un dato que debería conocerse siempre, tenerla presente ante una reacción cutánea que ya se ha producido, y para la prevención de las mismas en el caso de pacientes en tratamiento con medicamentos potencialmente fotosensibilizantes.

No hay que bajar la guardia, y no solo en verano, ya que viajes a la nieve, excursiones o la utilización de cabinas de bronceado también pueden dar lugar a estas reacciones, durante todo el año.

Hoy quiero aprovechar el trabajo realizado y recopilado para documentar un artículo publicado en El Mundo, para hacer una entrada que ayude a concienciar sobre el riesgo que entrañan las reacciones de fotosensibilidad relacionadas con el uso de medicamentos, y cómo actuar para evitarlas. Y dado que es el trabajo recopilado para una entrevista, no se me ocurre mejor formato que el de pregunta / respuesta.

¿Qué medicamentos provocan fotosensibilidad?

Aquellos cuya administración puede provocar que la piel del paciente reaccione de forma anormal a la exposición solar. Existen más de 300 principios activos que pueden desencadenar este tipo de efectos adversos, y algunos se encuentran presentes en medicamentos de uso tan frecuente como anticonceptivos, antibióticos, antiinflamatorios, antihistamínicos, antidepresivos, antihipertensivos, antidiabéticos, etc.

De todos ellos, las reacciones de fotosensibilidad son más frecuentes en los siguientes fármacos:

  • Antibióticos / antimicrobianos: tetraciclinas, fluoroquinolonas, ácido nalidíxico sulfonamidas, trimetroprim Antifúngicos: griseofluvina, ketoconazol
  • Agentes cardiovasculares: amiodarona, captopril, diuréticos (furosemida, hidroclorotiazida)
  • AINEs: ibuprofeno, diclofenaco, naproxeno, ketoprofeno, nabumetona, piroxicam, celecoxib
  • Fármacos para el sistema nervioso: antipsicóticos (clorpromazina, perfenazina), antidepresivos tricíclicos (amitriptilina, imipramina), benzodiacepinas (alprazolam, clordiazepóxido)
  • Hipoglucemiantes orales: clorpropamida, gliburida, tolbutamida
  • Otros fármacos: retinoides (isotretionina, etretinato), ciertos quimioterápicos (dacarbazina, 5-Fuorouracilo, vinblastina, metrotexato), vitamina B6, ranitidina

Esto no significa que por tomar estos fármacos se vaya a tener necesariamente una reacción de fotosensibilidad, pero sí que son frecuentes en ellos, por lo que se deben de tomar las debidas medidas de precaución.

Por otro, pueden darse reacciones de fotosensibilidad con muchos otros principios activos, lo que ocurre es que su frecuencia es menor.

¿Es una reacción reversible?

Existen dos tipos de reacciones de fotosensibilidad. La gran mayoría (casi el 95%) son reacciones de fototoxicidad, y sólo una pequeña parte (5%) son reacciones de fotoalergia. La diferencia entre ellas estriba en si media o no el sistema inmunitario en la reacción.

En el caso de las reacciones fototóxicas, se produce un daño celular directo causado por el medicamento activado con la radiación, de naturaleza no inmunológica.
Las reacciones fotoalérgicas en cambio, están mediadas por el sistema inmunitario y requieren de una exposición previa. El fotoalérgeno se transforma por efecto de la radiación y se une a las proteínas de la piel, para convertirse en un fotoantígeno y desencadenar así la reacción inmunitaria.

En las reacciones de fototoxicidad, las lesiones suelen ser similares a las quemaduras solares, aparecen en las zonas expuestas a la radiación, después de unos minutos u horas tras la exposición, y suelen desaparecer entre 2 y 7 días tras la suspensión del fármaco causante, aunque a veces puede producirse una marcada pigmentación de la piel que puede durar meses. En lesiones más graves el tiempo de recuperación es más variable.

En las reacciones fotoalérgicas el daño no depende de la dosis ni del tiempo de exposición a la radiación, ni tampoco de la vía de administración, y además, pueden aparecer reacciones cruzadas entre fármacos similares. Las lesiones suelen manifestarse como reacciones inflamatorias de tipo eccematoso, o bien con erupción y prurito, asemejándose a una dermatitis atópica. Esta reacción fotoalérgica se presenta en personas genéticamente predispuestas. El tiempo de recuperación es variable.

¿Cómo debe protegerse el paciente?

La prevención primaria es la mejor medida de protección para un paciente en tratamiento con medicamentos fotosensibilizantes. Aunque ya he comentado que no todos sufren lesiones tras una exposición solar, es mejor tomar precauciones. Las medidas generales de protección son:

  • Utilizar filtros solares del máximo factor protector posible (recomendado FPS 50), o específicamente indicado para prevenir las reacciones de fotosensibilidad, cada dos horas, sobre todo en las zonas más sensibles o expuestas como el rostro, los hombros, o el escote
  • Utilizar prendas de vestir preferentemente oscuras que eviten que los rayos solares entren en contacto directo con la piel, incluidos gorros, sombreros, y gafas de sol
  • Evitar la exposición solar prolongada, principalmente en las horas centrales del día (de 11 de la mañana a 5 de la tarde), así como las fuentes artificiales de rayos ultravioleta (cabinas de bronceado artificial).
  • Si el medicamento se toma una vez al día, es mejor hacerlo por la noche, para que la concentración del principio activo fotosensibilizante sea menor en el momento de la exposición a la luz solar

Si a pesar de todo lo anterior, el paciente observa una lesión en la piel, debe consultar lo antes posible con su médico para que confirme o descarte si se trata de una reacción asociada al medicamento y le indique cómo tratarla.

¿Hay determinados medicamentos que, salvo que sea imprescindible, no deberían tomarse en verano ya que hay una mayor exposición al sol?

En algunos casos, es factible sustituir los medicamentos fotosensibilizantes durante el verano por otros que no presenten riesgo de reacción, siempre bajo la prescripción de su médico. Pero en muchos otros no es factible, por lo que el paciente tendrá que proseguir con el tratamiento prescrito, observando las normas de protección comentadas anteriormente. Lo que no debe es suspender los tratamientos sin consultar con su médico, porque las consecuencias de la suspensión de la medicación podrían ser peores que la posibilidad de desarrollar lesiones tras exposición solar.

¿Suele o debe avisar el médico prescriptor y el farmacéutico sobre este riesgo?

Al prescribir un medicamento fotosensibilizante, el médico advierte al paciente de los riesgos que puede conllevar el contacto con la radiación solar. No obstante, en la práctica, ya sea por la presión asistencial que obliga a agilizar los tiempos de consulta, o porque se da por hecho que el paciente no va a tomar el sol, es posible que en ocasiones no se produzca esa advertencia.

El farmacéutico, como profesional sanitario especializado en el medicamento, debe garantizar el uso seguro, efectivo y eficiente de los medicamentos, así como mejorar la calidad de vida de los pacientes en relación con su farmacoterapia, por lo que sí, debe de avisar en el momento de la dispensación de la posibilidad de estas reacciones y de las medidas de prevención recomendadas.

No obstante lo anterior, es importante que el paciente tome conciencia de este peligro, y asuma un rol más activo, preguntando siempre a su médico o a su farmacéutico, si el medicamento que está tomando puede producirle una reacción de fotosensibilidad, y que les informe de su estilo de vida y si lleva intención de exponerse al sol.

También puede el paciente identificar cuáles son estos medicamentos ya que llevan un símbolo en el cartonaje en forma de triángulo rojo, con un sol parcialmente tapado por una nube en su interior, y una leyenda debajo del triángulo que pone “Fotosensibilidad: ver prospecto”.

¿Es un tema que los pacientes desconocen especialmente?

Probablemente no existe en la sociedad la necesaria concienciación al respecto.

La exposición a la luz en personas que hayan tomado o tengan en la piel algún producto fotosensibilizante puede suponer la aparición de una reacción cutánea en ocasiones grave, o el desarrollo de una hipersensibilidad persistente a la luz, por lo que la posibilidad de producir fotosensibilidad de cada medicamento es un dato que debería conocerse siempre, tenerla presente ante una reacción cutánea que ya se ha producido, y para la prevención de las mismas en el caso de pacientes en tratamiento con medicamentos potencialmente fotosensibilizantes.

No hay que bajar la guardia, y no solo en verano, ya que viajes a la nieve, excursiones o la utilización de cabinas de bronceado también pueden dar lugar a estas reacciones, durante todo el año.